Esa frase, dicha de forma informal y sin mala intención por un alto representante público, la oímos hace poco al acercarnos, en un evento, para hablar con otro representante y gestor público. ¿Qué sensación me provocó?.
1ª reflexión.
¿Por qué el político supone que nos acercamos a pedir?. Las personas, vayamos a título personal o representando algún colectivo, podemos dirigirnos a nuestros representantes y gestores públicos para comentar nuestro punto de vista u ofrecer nuestra colaboración.
Aunque la mayoría de las veces pueda ser que la gente se acerque a pedir o protestar, el buen político, debe estar hábil para captar y aprovechar las veces que la gente se acerca con otras intenciones más colaborativas y valorar si éstas merecen la pena.
2ª reflexión.
Si efectivamente vamos a pedir, la sensación que me queda, es que el político está preparado para oír, que no escuchar, y con palabras amables, si es hábil, salir del paso elegantemente.
Pues no, su obligación es escuchar y si lo que se le pide es justo o puedo ayudar, debe tratarlo con profundidad y valorarlo con detenimiento. Si no le encaja debe tener el valor de decir que no está de acuerdo o que la idea o propuesta no le convence, pero nunca dar falsas expectativas tipo “muy interesante, os llamamos y lo desarrollamos”.
Las palabras amables a todos nos gustan pero si sólo se quedan en eso, no hay sinceridad en ellas ni hechos que avalen las mismas, en mi, y creo que en casi todos, provocan a la larga efecto rechazo.
Yo creo en la política y en los buenos políticos. En la Rioja, como en otros sitios, los hay buenos, regulares y malos, y de verás que enseguida los identificas o mejor digamos ellos mismos se retratan.
Por cierto, de la conversación del otro día hemos quedado para hablar en enero. Hubo buenas palabras, espero que efectivamente pasemos a los hechos. Ya os contaré.......
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