Especialmente desde junio me he ido enterando, de forma directa o indirecta, de personas que por culpa de la crisis se iban quedando sin empleo.
Estas personas, la mayoría con amplia experiencia, que han demostrado su capacidad profesional y humana allá por donde han pasado se encuentran de golpe y porrazo en un nuevo estado al que nunca hubieran imaginado llegarían.
Ni cuando estalló la burbuja tecnológica por el año 2000 había visto tanto despropósito.
Se que nadie está a salvo, quizás todavía los funcionarios, pero si realizar con ilusión, eficacia y eficiencia tu trabajo no es garante de seguridad y estabilidad laboral ¿qué no queda?.
Lo he reflexionado mucho y creo debemos trabajar en al menos tres caminos por si nos toca:
• Formación. No sólo es nuestro ámbito profesional actual sino en aquellos que veamos tienen más futuro aunque sea romper drásticamente.
• Emprender. Momento de crisis momento de oportunidades. ¿Por qué no intentarlo?.
• Fortalecer nuestras relaciones sociales. Hay que tener amigos, o conocidos, hasta en el infierno. Muchas ofertas de empleo se trasmiten por el boca a boca. De esta forma puedes tener cierta preferencia en llegar a la entrevista, después ya depende de ti.
Yo soy optimista y creo que esto va a cambiar antes de lo que se nos pronostica pero también soy realista y, con los datos y previsiones actuales, lo peor que podemos hacer es quedarnos a verlas venir.