jueves, 17 de marzo de 2011

¿Le importo a alguien?

Leo en la prensa que el ministerio de hacienda francés ha sufrido un ataque informático a gran escala, que hay un juicio por estafas en Internet y otro por grabar y chantajear a sus víctimas,…… y eso que muchos casos no llegan a denunciarse y mucho menos hacerse públicos. El riesgo informático existe, los ataques van a más y nadie está a salvo.

El problema es que no terminamos de concienciarnos. Parece que el tema no va con nosotros, “¿a quién le va interesar atacarme?, soy una persona muy normal y mi vida social-personal en principio no es atractiva”. Oímos noticias y consejos, recibimos información del riesgo del uso de Internet pero nos consideramos poco interesantes para ser atacado y bajamos la guardia. Craso error que puede traernos más de un quebradero de cabeza.



Dejando de lado el móvil fraude económico, que es el principal por el cual nos atacan de forma masiva (los típicos casos de phishing donde intentan capturar nuestros datos para acceder a la banca por Internet o de nuestras tarjetas de crédito. La gente puede, podemos, caer pero cada día estamos más concienciados), centrémonos en qué interés tiene para alguien robarme mis credenciales de acceso a facebook, tuenti, twitter, gmail, hotmail, etc..:

1.- Simple cotilleo, morbo o curiosidad. Ver con quién y cómo me relaciono. Entra, cotillea y no pasa de ahí.

2.- Usurpar mi identidad. Empieza a enviar mensajes a mis amistades o contactos en mi nombre. Les pide información, da órdenes,….o incluso expone opiniones contrarias a las que yo haría desprestigiándome.

3.- Realizar un chantaje emocional o económico. Cartas de amor, fotos inapropiadas, relaciones mal vistas socialmente….”Si no me das x euros publico esta información”.

4.- Robo de información. Muchos utilizamos nuestras cuentas de correo para el trabajo (presupuestos, ofertas….)…no me chantajea a mi pero puede comercializar con la información que me ha sacado sin enterarme (la vende a la competencia).

Combinando las 4 mencionadas saldrían numerosos motivos más por los cuales debemos concienciarnos y proteger nuestras contraseñas tanto, o más, que la llave de nuestra casa.

Una cosa hay que tener clara, los ataques e intento de engaño no los podemos parar, siempre van a existir, pero si que podemos poner los medios para que éstos no tengan éxito.

No es paranoia, es la realidad y cuanto antes nos concienciemos menos disgustos tendremos. Por cierto, si nos pasa, debemos denunciar. Es la única forma para luchar contra la impunidad de este tipo de delitos.

¿A qué conoces algún caso cercano?

jueves, 3 de marzo de 2011

“Ya no tengo ilusión”

Dicen que las redes sociales han llegado para quedarse. Surgirán nuevas plataformas de redes sociales, habrá nuevas funcionalidades, otras desaparecerán, quizás haya que pagar por estar en ellas, pero creo que efectivamente han llegado, mejor dicho llegaron, para quedarse.



El otro día por motivos profesionales hablaba con una persona que tiene un blog, el cual sigo por la calidad e interés de los temas que trata. Aproveché y le comenté que estaba extrañado por que  llevaba mucho tiempo sin publicar.

Su respuesta fue clara: “No escribo por que ya no tengo ilusión”.

Sorprendido insistí: “pero, ¿se te han acabado los temas?, ¿has tenido comentarios negativos, malas experiencias, te han vetado por los contenidos?, ¿las estadísticas de visitas han bajado?”.

Me contestó: “todo lo contrario, cada vez tenia más seguidores, más referencias en otros blogs del sector, más poder mediático, pero es que ya no me llena escribir, se ha convertido en algo que hacia por obligación y  no disfrutaba.”

Por una parte, como seguidor y egoístamente, me dije: “lástima que tanto conocimiento se deje de compartir”, pero por otra parte pensaba: “este tío si que tiene claras las cosas y para hacer algo por obligación, sin ilusión, mejor dejarlo. Ole sus …..”.

¿Talento perdido? Estoy seguro que en este caso no. Si decide retomar su blog, o mediante otra herramienta colaborativa poner en común su conocimiento, mejor para todos. Si no, por suerte, tengo el contacto directo :-)

Pero hay otros casos, y no necesariamente tienen un blog ni son referentes en redes sociales,  donde  si veo que el talento se desperdicia por falta de ilusión (bajos salarios, poco contenido en su trabajo, jefes incompetentes,...)  y la verdad un talento sin ilusión  nos vale de poco.

¿Conoces algún caso?. Por desgracia estoy seguro de que si.