Quiero empezar este blog haciendo referencia a la ley Omnibus y las claras intenciones de disminuir el número de visados obligatorios por parte del Gobierno.
Mi experiencia, como ingeniero que ha realizado y realiza  proyectos de diferentes características, es la tranquilidad y confianza  que el visado transmite a todas las partes implicadas:
* El promotor o cliente.
* El proyectista.
* La administración que en base al mismo dictamina o  tramita las autorizaciones pertinentes.
* La sociedad.
Es tal esa confianza en el modelo actual  que siempre he decidido visar los proyectos o trabajos,  incluso sin que legalmente fuera necesario.
¿Por qué romper esa cadena de confianza conseguida?¿por qué cambiar drásticamente un modelo de trabajo que funciona y a todas las partes les parece el adecuado?
Hay otras muchas consideraciones que demuestran la importancia del visado colegial pero, sólo analizando el  concepto confianza, sería suficiente, a mi modesto entender, para mantener el modelo actual o al menos no modificarlo profundamente.
viernes, 30 de abril de 2010
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