Ayer tuve el placer de, invitado por su director, dar una charla a un grupo de unos 60 alumnos de Los Boscos que están en su semana cultural.
El título elegido, buscando un efecto “marketiniano”, fue escuela de hackers.
Estos últimos años he dado formación, charlas, participado en mesas redondas pero siempre con un público adulto. Por ello tenía curiosidad por ver qué les preocupa, cómo se comportan, su grado de interés, etc.. de un público joven, estudiantes de grado medio y PCPI, con edades comprendidas entre 16-17 años.
Las conclusiones que saqué son:
• Los alumnos se comportaron exquisitamente. A los que les interesaba el tema se les notaba y a los que no tanto (o nada) en ningún momento molestaron ni quisieron ser protagonistas.
• El grado de implantación de las nuevas tecnologías y su uso habitual es elevadísimo. De las preguntas que intercambie con ellos el único dato que fue relativamente bajo es la compra por Internet.
• La seguridad para ellos no parece una prioridad. La pregunta ¿a quién le va a importar que tengo yo en el ordenador? y el porcentaje no elevado del uso de herramientas cómo antivirus, cortafuegos, actualización de parches, copias de seguridad, etc.. me dieron esa impresión.
Reflexionado sobre las mismas, por un lado me agrada la educación y el buen comportamiento de los alumnos, supongo que gracias al trabajo de sus profesores y por supuesto de sus padres. Me gusta que las nuevas tecnologías sean utilizadas y conocidas por la mayoría ya que son herramientas indispensables para desarrollar con éxito su futura actividad profesional y social. Me preocupa el tema de la seguridad. Pensaba que los jóvenes estaban más concienciados al respecto.
Creo que, si desde el inicio nos concienciamos en la importancia de la seguridad, tendremos mucho ganado cara al futuro frente al intento de fraudes, robo, ciberterrorismo, espinionaje, SPAM, redes zombies, etc. que por desgracia son una realidad que irá a más.