jueves, 3 de marzo de 2011

“Ya no tengo ilusión”

Dicen que las redes sociales han llegado para quedarse. Surgirán nuevas plataformas de redes sociales, habrá nuevas funcionalidades, otras desaparecerán, quizás haya que pagar por estar en ellas, pero creo que efectivamente han llegado, mejor dicho llegaron, para quedarse.



El otro día por motivos profesionales hablaba con una persona que tiene un blog, el cual sigo por la calidad e interés de los temas que trata. Aproveché y le comenté que estaba extrañado por que  llevaba mucho tiempo sin publicar.

Su respuesta fue clara: “No escribo por que ya no tengo ilusión”.

Sorprendido insistí: “pero, ¿se te han acabado los temas?, ¿has tenido comentarios negativos, malas experiencias, te han vetado por los contenidos?, ¿las estadísticas de visitas han bajado?”.

Me contestó: “todo lo contrario, cada vez tenia más seguidores, más referencias en otros blogs del sector, más poder mediático, pero es que ya no me llena escribir, se ha convertido en algo que hacia por obligación y  no disfrutaba.”

Por una parte, como seguidor y egoístamente, me dije: “lástima que tanto conocimiento se deje de compartir”, pero por otra parte pensaba: “este tío si que tiene claras las cosas y para hacer algo por obligación, sin ilusión, mejor dejarlo. Ole sus …..”.

¿Talento perdido? Estoy seguro que en este caso no. Si decide retomar su blog, o mediante otra herramienta colaborativa poner en común su conocimiento, mejor para todos. Si no, por suerte, tengo el contacto directo :-)

Pero hay otros casos, y no necesariamente tienen un blog ni son referentes en redes sociales,  donde  si veo que el talento se desperdicia por falta de ilusión (bajos salarios, poco contenido en su trabajo, jefes incompetentes,...)  y la verdad un talento sin ilusión  nos vale de poco.

¿Conoces algún caso?. Por desgracia estoy seguro de que si.

3 comentarios:

  1. Por desgracia conozco varios casos pero, como bien dices, el talento está y sólo hay que esperar que alguien consiga devolver la ilusión y que éste aflore de nuevo.

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  2. Si quieres perjudicar a alguien con más talento que tú acaba con su ilusión. Algunos malos directivos lo aplican sistemáticamente. Buena reflexión, Carlos.

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  3. Mi impresión es que la falta de ilusión está extendida en general al hilo de la dichosa "crisis". Es como un círculo vicioso: la sociedad está desanimada, yo estoy desanimado, pero como yo formo parte de la sociead contribuyo a que ésta siga desanimada.
    Sobre los ejemplos, no tengo que irme a buscarlos a gente de mi profesión. Lo veo hasta en mis hijos y su entorno: quieren trabajar poco y ganar mucho y apenas tienen ilusiones, salvo que gane el Madrid (para eso, más que ilusión, hay que tener moral) :-)

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