jueves, 3 de junio de 2010

Difícil Elección

Se me ha presentado un dilema. Paso a resumirlo.

Hace unos meses, tras una intensa reunión, un grupo de personas que representamos a diferentes colectivos, decidimos apoyar una idea de consenso y adquirimos unos compromisos.

La idea triunfó pero por elementos ajenos al grupo, los compromisos adquiridos no se cumplieron. Yo insistí varias veces en que había que hacer cumplirlos pero recibía siempre la callada por respuesta. Era consciente que la situación era difícil de solucionar pero no entendía como el resto de compañeros, faltando a su palabra, seguían dando la callada por respuesta ante mis continuas peticiones de que se cumpliera o hicieran cumplir los acuerdos establecidos.

Después de unos meses, la situación se ha vuelto más insostenible. El mismo grupo de personas ha convocado una reunión para reconducirla. Todos han confirmado su asistencia pero yo no sé que hacer.

He perdido la confianza en ese grupo de personas (no en todas a nivel individual pero si en el grupo).

A título personal mi orgullo me pide que no vaya pero por otra parte tengo la responsabilidad de representar a un colectivo.

En fin lo meditaré este fin de semana.

3 comentarios:

  1. Si sigues creyendo en la idea, si sigues pensando que es necesaria, creo que se debería acudir. No por el grupo, sino por lo legítimo y por uno mismo.

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  2. Incumplimiento de compromisos = falta de seriedad, engaño
    Falta de respuesta = poca educación, desprecio
    Reunión sin acción=hipocresía, cinismo

    Sin saber nada más, el grupo está formado por personas poco serias, que no cumplen su palabra, poco educadas que actúan con hipocresía y cinismo. Eso, sin saber nada más. Poniendo nombres y apellidos tal vez hay una explicación detrás de algunos de ellos.
    Yo iría, diría uno a uno lo que han demostrado ser y escucharía sus respuestas para confirmar o no lo que ya pienso. Iría para dejar claro que si el grupo es así, eso no es aplicable a mi caso.
    Sin escuchar la respuesta, a veces las cosas no son lo que parecen. Mi hijo mayor no hace mucho estaba llamando a su novia y ella no le contestaba al teléfono. Pilló un cabreo enorme porque además tras insistir mucho, ella apagó el teléfono. Estaba claro que no quería hablar con él. No entendía como le trataba así. Me lo comentó y le dije que antes de pensar cualquier cosa negativa de ella, esperase a hablar y ver que estaba pasando.
    Resultó que tuvo que cortar el teléfono porque se acababa de enterar de la muerte de su tío a quien quería mucho y no podía articular palabra.

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  3. Siempre hay que ir.

    Siempre hay que intentarlo.

    La conciencia no se debe/puede acallar.

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